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De Gimnasio

El pádel como deporte aeróbico ideal para combinar con el gimnasio

El pádel es un ejercicio aeróbico completo. Esto ha despertado el interés de muchos amantes del fitness, quienes lo practican a diario como complemento de sus rutinas de entrenamiento.   

Con un buen calentamiento y la alimentación adecuada, podrás gozar de todas sus ventajas, aumentando tu fuerza y elasticidad, mientras mejoras tu ánimo y tu físico.

Para practicarlo solo necesitarás de una pala y ropa deportiva. Aunque también puedes adquirir distintos accesorios en una tienda de padel y hacer de este sano deporte parte de tu rutina diaria.

Índice

Beneficios del pádel que se intensifican con el gimnasio  

El pádel requiere un mínimo esfuerzo para practicarlo, y tiene numerosas ventajas para el cuerpo y la mente. Esto le hace una práctica muy útil para combinar con entrenamiento de gimnasio, ya que estimula diversos grupos musculares mientras relaja la mente y estimula el sistema cardiovascular.

Combina ambas prácticas según tu rutina diaria. Puedes practicar el deporte tres veces a la semana mientras vas los otros dos al gimnasio, o empezar tu rutina con él y después ir al gym. También te puedes irte adaptando a las dos poco a poco, todo depende de tu condición física    

Entre los beneficios principales están:

Vigoriza tus músculos

Aquí todo tu cuerpo trabaja. Como buen deporte aeróbico pondrás a trabajar músculos importantes, especialmente glúteos y piernas (algo estéticamente beneficioso para hombres y mujeres).

Además, quemarás considerables calorías, así ayudarás a tonificar los músculos y a moldear el cuerpo. 

Mejora la coordinación, la elasticidad y los reflejos

Divertirte no sólo aliviará el estrés, sino que ayudarás a la coordinación, aumentar tu elasticidad y la capacidad de respuesta de todo tu cuerpo.

Esta estimulación de los reflejos la notarás en tus entrenamientos del gimnasio y en tu vida cotidiana.     

Previene los problemas de corazón

Este deporte mejora el sistema cardiovascular y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. También ayuda al sistema circulatorio. 

Eliminar el estrés y aumentar la concentración

El pádel es perfecto para después del trabajo, con colegas y amigos. Requiere una correcta concentración que ayuda a relajar el cuerpo y a sacar la mente del estrés cotidiano.

Esto mejorará el ánimo en la rutina y ambiente del gimnasio (que para muchos es aburrido o demasiado mecánico). 

Menor riesgo de lesiones

Esto es muy útil para cualquier tipo deporte o actividad física. Al combinar ambas prácticas (y un buen calentamiento), acondicionas efectivamente tus músculos y tendones, ayudando a prevenir cualquier tipo de lesiones dentro o fuera de tus entrenamientos.   

Cabe destacar que otra de las ventajas de esta disciplina deportiva es que no se requiere mucha práctica o innumerables lecciones, por lo que es perfecto para jugar con los amigos del gimnasio, o incluso con la familia y los niños.

Combina los ejercicios según tus necesidades  

La combinación de estas dos prácticas te ayudará a la compensación y la armonía de tu cuerpo, ya que conseguirás mucha proporción y tonificación general.

Ya sea que empieces primero el pádel o la rutina, debes realizar un calentamiento antes de comenzar en ambas. Esto ayudará a reducir la posibilidad de lesiones y tu cuerpo estará más preparado.

Lo más recomendable es que practiques el pádel primero, comenzando con tu calentamiento y luego jugando durante media hora o 45 minutos. Luego debes hidratarte muy bien, y ya en unos 20 minutos, estarás listo para una rutina de tonificación en el gimnasio.

  • Primero debes realizar ejercicios abdominales. Este fortalecimiento de tu zona central ayudará en el desarrollo de los próximos ejercicios (el número de repeticiones debe ser progresivo y depende de tu estado físico general).
  • Luego enfócate en las piernas: cuádriceps, femorales y gemelos. Es normal que ya te sientas cansado por eso no vayas a exagerar con el peso que pones a tus músculos. Recuerda que la idea es complementar y tonificar, no desgastarte.
  • Sigue con el tren superior. Aquí puedes imprimir un poco más de fuerza, pero ten cuidado con los hombros y la espalda (estira bien las zonas antes del ejercicio directo).
  • Si tienes grasa acumulada indeseada complementa con 15 minutos de cardio en intensidad baja.

Este deporte es un fiel ejercicio aeróbico, por lo que puede considerarse amigable con la gran mayoría de los entrenamientos.

Si haces pádel al final de un entrenamiento, puedes ayudar a eliminar los residuos acumulados durante la sesión, o si lo haces al principio, puede ayudarte a preparar tu sistema cardiorrespiratorio y muscular.

Recuerda que debes contar con los elementos necesarios como la pala, ropa cómoda y unas buenas zapatillas de padel, que te permitan amortiguar y proteger tus músculos. También puedes conseguir mochilas y otros accesorios complementarios.

¿Por qué no debes descuidar el ejercicio aeróbico?

Algunas personas practican pádel porque es un deporte muy moderno y fresco, del momento, pero termina enamorándose de él debido a su dinamismo y todos los beneficios que representa para la salud integral del cuerpo. 

Entre estos está el ejercicio aeróbico.  

En el entrenamiento aeróbico el oxígeno es el protagonista, ya que ofrece a tu organismo la más alta energía y diversas reacciones metabólicas. En este tipo de entrenamiento se utilizan carbohidratos y lípidos, lo que ayuda a eliminar la grasa. También ayuda al sistema cardiovascular y respiratorio.

A nivel muscular, aumenta la vascularización y la resistencia, mientras aumenta la capacidad de tu cuerpo para transportar más oxígeno. También es perfecto para la eliminación de residuos y el equilibrio del peso corporal.

No te olvides de la alimentación

Como toda actividad física, para que veas resultados debes equilibrar tu nutrición diaria y optimizar las calorías. Puedes comer dos horas antes de un partido y balancear correctamente tu dieta a lo largo del día, ya que si no te alimentas bien terminarás muy agotado.

Nunca deberá faltar en tu mesa durante la semana:

  • Glucosa. La principal fuente de energía para los músculos y las actividades diarias. Es una reserva primaria de energía.
  • Proteínas. Fuentes de las que se nutre el músculo en caso de esfuerzo prolongado e intenso.
  • Agua. La hidratación es esencial porque el agua ayuda a deshacerse de las toxinas, también regula la temperatura corporal a través de la transpiración.
  • Las grasas. Son energía de segundo nivel, ya que durante un esfuerzo prolongado en ausencia de carbohidratos el músculo recurre a estas reservas. Deben consumirse en pequeñas cantidades, prefiriendo las grasas insaturadas.

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